2017 ha empezado con el cambio más inesperado para mí. Despedir a tu padre para siempre es algo que crees que nunca llegará y para lo que nadie nos ha preparado. Pero como mandan los rasgos de los buenos comerciales, en todos los aspectos de la vida hay que buscar el lado positivo. No te voy a engañar, hablar contigo también me ayuda a superar mi pena, y quiero aprovecharlo para compartir contigo algunas lecciones que me dejó mi padre, el comercial. Mi primera referencia con el mundo de las ventas fue él, aunque con 14 años, tuve que escuchar más de una vez, como una amenaza, que podía acabar como él “arrastrando maletas en la calle”. No en vano, más de un verano me hacía acompañarle a llevarle las maletas y ver con mis propios ojos el duro día a día de un vendedor.
1- Vender disfrazado de vendedor y ganarse la vida.
Si, mi padre era cualquier cosa menos vendedor. Escribía cientos de poesías como un poeta, era capaz de crear con sus manos artes solo al alcance de los grandes artistas, amaba todo lo que le recordara a su pueblo (Enguídanos) recreando en casa huertos, escenarios increíbles y típicos de una vida rural que siempre añoró y que me dejaron innumerables detalles, imágenes y olores grabados para siempre (ese olor a tomateras único). En general era una persona introvertida, feliz en su rincón de lectura, PERO, capaz de ponerse un disfraz de vendedor durante 40 años para crear un patrimonio de la nada. Si, señores, no es preciso llevar en el ADN ser un extrovertido y divertido personaje para creer que puedes dedicarte a las ventas con éxito. Algunas personas son capaces de engañarnos a todos durante años empujados por la motivación de cuidar un rebaño, sobre todo cuando nunca formaste parte de uno.
2- El vendedor. La profesión integradora.
Eloy nace en 1943, su madre fallece a los dos años y su padre mira para otro lado, provocando una infancia difícil, deambulando por orfanatos hasta los 14, donde empieza a trabajar de aprendiz en varios oficios. Se lanza con su propia empresa y pasa por serias dificultades que le empujan al mundo comercial. ¿Que otra profesión en el mundo acoge a gente sin currículo y le permite construir un patrimonio de la nada? La profesión de vendedor lo permite y te lo da, pero no gratis. Entrar es fácil, mantenerse es complicado, crear un proyecto de vida es heroico. Si no has tenido los recursos o las circunstancias para tener una buena formación, ¿Que otra profesión te permite esto? Mantener los mismos clientes durante décadas es muy difícil si no haces las cosas bien. Por lo tanto, gracias a la profesión de vendedor por todo lo que nos da, por permitirnos ser ingenieros de la venta y licenciados en diplomacias exigentes y gracias a los profesionales que, como mi padre, dignifican y contribuyen en su medida a que la sociedad no nos vea como unos embaucadores.
3- Los 3 valores más importantes de un vendedor.
Esas cosas complicadas de ver en la adolescencia, que en la madurez recuerdas con nostalgia y que a los 40 me motivan como una fuerza que surge de no se sabe donde.
1- Responsabilidad. Esto va de estar en paz con uno mismo, de empatizar con la gente, de ser honesto con tus clientes. Ser responsable es ser emprendedor de una fábrica de plásticos que no va bien y vender biblias por las tardes en el cabañal o seguros por las noches (que es cuando la gente vuelve a casa) hasta las 12 de la noche. Ser responsable es cerrar la fábrica y que cobre todo el mundo, TODO EL MUNDO, y volver a casa con un fondo de maniobra para tres meses pero no perder la sonrisa y la motivación porque este mundo me lo como yo. Ser responsable también es cumplir con tu palabra, ser puntual, hacer frente a los errores, los tuyos y los de los productos que vendes. Ser responsable es ser coherente, ser fiel a tus principios y a tu gente. En definitiva ser consciente de las decisiones que tomas en la vida y ser consecuente con ellas. Eso es lo que mi padre me enseñó, con su ejemplo.
2.- Disciplina. Para mi ser disciplinado es tener actitud siempre, todos los días. No se explica de otra forma que un aprendiz de lo que sea pueda llegar a dirigir su propio negocio sin formación previa. Ni se entiende que un vendedor de biblias sin más formación que el hambre, acabe representando a una gran marca de relojes y joyas, con un depósito de miles de euros a tus espaldas. Disciplina es sacarte el título de agente comercial para mejorar y para contribuir a la causa, pero también madrugar con sueño o esperar dos horas de pie en un mostrador a ser atendido por tu cliente (y decirte que vuelvas mañana). La disciplina o el orden, en ciertos ámbitos de hoy en día puede llegar a tener connotaciones negativas, no soy capaz de verlas. Me quedo con las que me enseñó mi padre.
3.- Constancia. No confundir con motivación. Constancia es seguir a 120 por hora sin gasolina aunque no estés motivado. Si mi meta está ahí, saco fuerzas de donde sea para llegar, a pesar de todas las dificultades que me pueda encontrar. Fuerza de voluntad, es una de las frases que mejor definen la trayectoria de mi padre vendedor. Tu has oído hablar de vendedores modernos, desafiantes, auténticos “gurús” de las ventas, no te confundas, puedes ser un brillante vendedor con arte y con esfuerzo, puedes ganarte la vida dignamente con mucho esfuerzo, como mi padre, pero solo con arte serás un vendedor de corto recorrido, más o menos del montón.
4.- Adaptarse a los cambios para ser feliz
Desde el punto de vista personal, una persona que crece sin familia es alguien que vive en el cambio y la inestabilidad o quizás se acostumbre a buscar cambios en su vida empeñado en vivir una vida mejor. Cuando eres huérfano puedes llegar a pensar que no mereces ser feliz y te conviertes en un luchador incansable por cambiar tu destino. Conseguir un proyecto de vida, una familia y un patrimonio de la nada es el cambio que todo hombre desea en su vida, el que yo mismo deseo para mi. Yo además vi como la profesión le obligó a adaptarse a los cambios más dolorosos. La paradoja de esta vida que le obligó (por ejemplo) a abrir mercado en Galicia, volviendo a casa solo dos fines de semana al mes, perdiéndose los entresijos de ese laboratorio familiar que tanto ansiaba y marchándose algunos lunes sin poder esconder la tristeza. He visto cambios de marcas, de sector, de zonas geográficas, de jefes de todo tipo y color y de todos salió adelante, para ser feliz (haciendo felices a los demás).
5.- No vendes solo, necesitas el mejor copiloto.
La gran lección y al mismo tiempo herencia que me deja mi padre es su copiloto. Nada de lo que te he contado antes habría sido posible sin un buen copiloto, su copiloto o a lo mejor (eso nunca lo sabré) fue todo posible por ella y para ella.
Un vendedor necesita saber que su copiloto, por muy dura que se presente la batalla está ahí, que aunque la cague mil doscientas veces no se marcha, cuando cree que va a descarrilar es capaz de parar todos los trenes de su mente, sabe que su copiloto lo da absolutamente todo por él, aunque duela y aunque muchas veces de muchos días sepamos (el copi y nosotros) que nuestro trabajo ocupa más tiempo del que ponía en la oferta. [Gracias Elena]
En mi caso he tenido suerte. mucha. Cuando ya me hice mayor me di cuenta que la que realmente era vendedora en casa era ella, mi madre. No es la primera vez que un segundo entrenador se convierte en un gran primero cuando se ve capaz de hacerlo. Hoy mi madre tiene su trabajo de vendedora y es un “animal de las ventas” vende mucho y bien. Yo la veo trabajar y es única, lo hace fácil, contagia entusiasmo, optimismo, vida, sus compañeras la necesitan y ella sabe lo que necesitan sus clientes, les hace pensar de forma diferente y además se lo agradecen. La adoran. La adoramos todos. Es una escuela de ventas hecha mujer, la abuela perfecta, la que no puede comprar Walt Disney.
Dos vendedores en casa, tan diferentes y tan iguales, de los que aprendí, aprendo y aprenderé. Él, introvertido y reservado, ella extrovertida, abierta, un animal social, pero los dos unidos por lo más importante, unos valores idénticos, los que he mamado.
Un vendedor al que le quieren sus compañeros, le quieren sus jefes y hasta sus clientes le felicitan la navidad 10 años despues de retirarse, es un vendedor que merece que su corbata cuelgue en el olimpo de los dioses de la venta y nadie más la lleve puesta. Ojalá puedan decir esto de mi en el futuro, y tu que puedas verlo allá donde estés. Eres uno de los nuestros. Vender siempre será mucho más.
Gracias Papá.
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Alex Lujan,
En primer lugar, siento mucho tu pérdida…
En segundo lugar, gran post el de hoy, me ha gustado mucho.
Y en tercer lugar, tu padre te enseñó los grandes valores de la vida que estoy convencida hacen de ti una magnífica persona ( lo sé porque he tenido el placer de conocerte) y un grandísimo profesional.
Gracias por compartir con nosotros estas 5 lecciones.
Un abrazo grande,
Marta
Hola Marta!! ¡GRACIAS! Es muy reconfortante para mi que este post te haya gustado. En general es uno de los objetivos de este blog que los post os lleguen, pero en particular me alegro mucho de que seas tu la que me dice esto, porque tu eres una gran persona.
Un fuerte abrazo!
Precioso post. Gracias Ale
Responsabilidad, disciplina, constancia, adaptación al cambio y poeta.
Tú amas y vales mucho para vender porque comunicas de maravilla, tienes más de medio camino hecho. Un beso
Como se nota que eres mi hermana… Gracias Mer!! Otro beso muy grande.
Desde siempre te he conocido desde el ámbito personal,disfrutando de tu amistad, de tu familia y tus valores humanos.
Pero desde hace unos años empecé a conocer esa otra faceta tuya profesional, que desarrollas con tanta brillantez,que me deja boquiabierto en cada paso que das,y que no me deja otra opción más que la de quitarme el sombrero ? tras cada palabra elaborada por tí. Desde luego que estará orgulloso amigo,tanto como lo estoy yo.
Jose Ramón, lo tuyo también es especial, digno de un post dedicado. Gracias por tus palabras, él te apreciaba mucho, entre otras cosas por que sabía la lucha que supone sacar un negocio adelante y por lo grandísima persona que eres. Un abrazo!!!
Has conseguido emocionarme cañalla.. :-)
Que gran post amigo, un espejo en el que mirarse cada día.
Un abrazo grande.
Migue.
Gracias Migue, yo tambien he tenido suerte contigo de compañero. Que pasa que no es fácil emocionarte? En ese caso, me debes un almuerzo… :-)
Sin duda, el mejor post hasta la fecha en la ya rodada andadura de este blog.
La vida que me ha tocado tiene demasiadas analogías con lo que cuentas hoy, como para no entenderlo al menos en un 110%.
Felicidades por haber recogido esos valores que te pusieron a mano, y ser ahora poseedor de un gran tesoro.
En agradecimiento por esta nueva lección persofesional, quedo en deuda contigo (y pagaré) con algo que sin duda apreciarás. Unas semillas de esos tomates antiguos de Ayora, que aparentan de todo menos lo que son, pero que huelen y sobre todo saben a algo ya olvidado.
Enhorabuena Alex, sigue así por favor.
Un fuerte abrazo.
Gracias Jose Enrique, ya decía yo que de algún sitio te tenía que venir tu buen hacer… con las ventas, con los tomates, con las células embrionarias (dos gemelos de camino). Acepto tu regalo, como no, muero por ese olor a tomateras y por qué mis hijos sepan cómo funciona eso. Y me alegro de tener cerca a gente tan profesional y DE PUEBLO con mayúsculas como tú.
Álex, chapó a este post. Es auténtico.
Te puedes dedicar a las ventas por necesidad, devoción o incluso casualidad… Pero más allá de las ventas están las personas y ahí es donde brillas!! Se nota el buen trabajo de quién te inspira.
Un abrazo
Javi, me gusta mucho verte por aquí, porque tu eres de esas personas que todo compañero quisiera a su lado, de esas personas que pierden una venta por ayudar a un compañero a cerrar la suya y un fuente de inspiración para todos esos vendedores que se están planteando vivir de esta profesión. Muchas gracias Tuda!!! (A tus pies)